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Es una forma de psicoterapia que dispone del medio artístico como modo de comunicación primordial. Un método que parte del reconocimiento de la capacidad creadora que todos y cada uno de nosotros llevamos dentro. Desde el enfoque Gestáltico percibimos a los objetos, a los seres vivos, como totalidades. Todo existe y toma significado dentro de un contexto determinado, nada existe por sí solo, aislado.
En nuestras sesiones, tanto individuales como grupales, desde un encuadre multidisciplinario reunimos técnicas y recursos de todas las artes tales como: Pintura, escultura, teatro, escritura, poesía, video, fotografía, instalación, arquitectura, danza, Land-art, teatro, costura, performance, facilitando el descubrimiento de nuevos canales de expresión para una mayor comprensión de nosotros mismos, de los demás y de nuestra realidad. Más libres y abiertos, aceptando y responsabilizándonos, apreciando lo obvio, lo que ES.
Proporcionamos un espacio de confianza donde jugando desarrollamos recursos de expresión, afianzando nuestra autoestima, recuperando espontaneidad. Las sesiones se desarrollan en un ambiente lúdico, relajado, que infunde seguridad, un lugar de silencio, respeto, escucha e introspección, abriéndonos al compartir.
Iniciar un proceso de Art-Terapia Gestalt no requiere de ningún conocimiento académico o artístico, pues nuestro interés está más orientado en el proceso creativo y el diálogo personal que se establece entre obra y creador que en el resultado estético de la propia obra. La cual apreciamos como símbolo, espejo y testigo.
El arte es una vía de expresión, una excusa para explorarnos desde el campo emocional y creativo. Una manera de nombrar lo que nos cuesta articular. Favoreciendo la conexión mente-corazón, pudiendo comunicar de forma integral lo que pienso y lo que siento.
La creación artística se realiza a partir de un intenso diálogo entre el mundo subjetivo y los materiales. Este diálogo puede ser lucha, destrucción, alegría, encuentro, furia: caos y construcción.
El recorrido por este pasaje, desde el caos creativo a la obra terminada, es un proceso de autoconocimiento. La obra es símbolo, espejo y testigo.
El arte y el cuerpo en movimiento facilitan esta expresión, favorecen la conexión mente-corazón, pudiendo comunicar de forma integral lo que pienso y lo que siento.
Comunicar de esta forma nos humaniza. Nos da coherencia, Nos provee de empatía, comprensión y compasión hacia nosotros mismos, hacia los demás y hacia el medio ambiente.
Pretendemos familiarizarnos con una forma más amplia y profunda de percibirnos a nosotros mismos, a nuestro mundo interior y al mundo exterior.
Puedes decidir, empezar un proceso a través de sesiones individuales o entrar a formar parte de una experiencia grupal. También puedes resolver a hacer ambas. Las dos vías son complementarias. Asistir a los talleres grupales compaginando con sesiones individuales aporta al proceso un campo muy amplio de trabajo.